La hoja de coca (Erithroxylon coca) ha sido siempre un elemento mágico con relación directa a métodos curativos o de diagnosis.
Mama coca es el elemento imprescindible en las ofrendas, pues canaliza las invocaciones a los seres espirituales del mundo andino.
Para poder conocer el destino de alguien mediante este ritual, no sólo se invoca al espíritu de la planta, sino también al de la persona, a la que se le considera una semilla cósmica. Ambos espíritus se muestran y le es revelado al chaman las proyecciones que emanan de la persona.
Nosotros, considerados como semillas cósmicas sagradas, estamos en evolución y el chamán recurre a la planta porque ésta es el fruto de la diosa máxima, la madre tierra (Pachamama).
Esta deidad no es solo capaz de adivinar el destino de una persona, sino también de guiar y sanar física y espiritualmente, esta sagrada ceremonia nos orienta en los diferentes aspectos de nuestra vida (amor, salud, trabajo, familia) y así nos abre la intuición para dirigirnos de la mejor manera en cada uno de estos aspectos personales del ser humano . Las propiedades de esta hoja son infinitas y el invocar al espíritu de la planta se llama también a la salud, la abundancia, la fertilidad y la prosperidad.
La lectura de las hojas de la coca es el método adivinatorio más reconocido y respetado en Sudamérica: considerado como de origen inca, en realidad es una práctica que se pierde en la noche de los tiempos, siendo considerada como de práctica muy extendida en todas las culturas pre-incas, los cuales, al igual que los incas, le atribuían no solo un origen divino, sino también como asiento de un espíritu madre, el alma de la planta, el cual nunca muere.
Para los entendidos y los creyentes de su poder oracular, la lectura de hojas de coca es altamente precisa. Comparada con los métodos adivinatorios occidentales y orientales, las hojas de coca son consideradas incluso tan o más exactas que el I-Ching.